Redacción
Investigadores que utilizan el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) descubrieron un titánico viento galáctico impulsado por un agujero negro supermasivo hace 13.100 millones de años, cuando el Universo tenía menos del 10 % de su edad actual. Es la tempestad más lejana que hemos identificado, y su descubrimiento es una pista que podría ayudar a los astrónomos a desentrañar la historia de la formación de las galaxias.
«La pregunta es ¿cuándo surgieron los vientos galácticos en el Universo?», dijo el astrónomo Takuma Izumi, del Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ). «Es una pregunta importante porque está relacionada con un problema importante en astronomía: ¿cómo coevolucionaron las galaxias y los agujeros negros supermasivos?», agregó.
La formación de los agujeros negros supermasivos en el universo temprano ha sido un tema que ha desconcertado a la ciencia desde hace varias décadas. Sin embargo, una nueva investigación encabezada por científicos de la Universidad de Riverside en Estados Unidos, ha arrojado nueva luz sobre el tema, sugiriendo que estos pudieron ser causados por el colapso de halos de materia oscura.
En este sentido, la novedosa investigación, publicada en la revista The Astrophysical Journal Letters, sugiere que la formación de estos fenómenos supermasivos del universo primitivo fue provocada por el colapso de halos de materia obscura, la cual constituye el 85 % de la materia existente.
«A los agujeros negros les lleva tiempo crecer en masa mediante la acreción de la materia circundante. Nuestro trabajo muestra que si la materia oscura tiene autointeracciones el colapso gravotérmico de un halo puede dar lugar a un agujero negro semilla suficientemente masivo» para alcanzar tales dimensiones en tan poco tiempo, explicó Yi-Ming Zhong, coautor de la investigación.
A pesar de lo prometedor de los resultados, el equipo señaló que hace falta continuar con las investigaciones para conseguir nueva evidencia que confirme o refute su propuesta.